
Sin embargo el seguía insistiendo en la búsqueda de un trabajo digno que le de sustento, lamentablemente solo conseguía trabajos temporales y a veces mal pagos, una mañana camino hasta san justo a probar suerte pero al no conseguirlo vuelve caminando, cuando llegaba a ruta 3 cerca del Aeroclub y en pleno horario vespertino (que por cierto parecía un desierto no había ni un alma) de repente se encuentra en medio de una balacera entre 2 coches a un camión blindado.
Asustado se tira al suelo, 5 eran los mal vivientes que disparan a 2 oficiales que bajan del camión a responder, el joven cerro sus ojos tenia mucho miedo, luego de unos segundos le llamo la atención el largo silencio, cuando abre sus ojos ve sangre por todos lados, los mal vivientes muertos y uno de los 2 oficiales estaba mal herido, desesperado sin saber como ayudar pronuncia: no no no no que hago que hago, el oficial con el poco aliento que le queda le dice busca ayuda pibe busca... desvaneciéndose en el frió asfalto.
Se pone nervioso no sabe si buscar ayuda o irse y olvidar lo que vio entonces se pone aun mas nervioso cuando nota una de las puertas del blindado abierta y llena de bolsas con mucha plata, no lo piensa y rápidamente decide tomar un puñado de billetes colocandolos en un bolso que saca a uno de los mal vivientes, apurado y nervioso camina con su botín.
Pasan los días y los informes del asalto al camión blindado es noticia en todos lados, cauteloso el joven siguió haciendo trabajos en el barrio, un buen día una pareja de jubilados que querían mudarse deciden vender su pequeña casa en Laferrere y ve la oportunidad de tener su propio hogar pero tenia que justificar de donde saldrá el dinero, para ello pidió prestado unos pocos pesos a algún alma solidaria y finge jugar un numero a la quiniela y acertar las 4 cifras, compro la casa y le costo todo lo que tenia guardado en el bolso, le había salido barata ya que estaba sobre una calle poco transitada, ni los colectivos pasaban por la cercanía.
Vivieron (hasta sus últimos días) la felicidad de su familia y la amistad de todos en el barrio, lo curioso es que en la actualidad algunos kiosqueros, con el fin de hacer futuros clientes y desconociendo esta historia, siguen la costumbre de regalar un caramelo a los mas chiquitines y chiquitinas agregando la frase: aquí esta tu parte del botín.
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