miércoles, 13 de mayo de 2020

La apuesta de don Gregorio de Laferrere

Recostado en la silla del palco, con el brazo izquierdo apoyado en la baranda y la mano derecha sobre la boca para disimular los bostezos, espera con paciencia que caiga el telón, cuando eso sucede, los cuatro amigos que lo acompañan, que no han cesado de reírse a lo largo de la comedia, aplauden con frenesí y él, gran dandy porteño, príncipe de los clubes privados, los desafía:

–¿Esto les parece cómico? Pues lo que es yo, me he aburrido como una ostra...
–Sí, como si fueras capaz de hacer algo mejor...
–¡Y cómo! Apuesto lo que quieran que en ocho días puedo escribir algo muy superior!

Sus amigos aceptan.


Ocho días después entrega a sus amigos una comedia en tres actos: ¡Jettatore! pero no se preocupa por representarla, la juzga una humorada que apenas le sirve para ganar la apuesta. Sin embargo, un amigo le insiste: hay que hacerla llegar a Jerónimo Podestá, que en ese momento actúa en el Teatro de la Comedia. Resignado, Gregorio la envía por un mensajero y sin revelar su nombre.


Podestá la rechaza "por irrepresentable". Pero unos meses después otro amigo, Mariano de Vedia repite el rito, llevó la obra a Garcia Velloso, que entonces era director del Teatro de la Comedia y enfrentaba una temporada de fracasos, Velloso la leyó y quedó fascinado con los personajes y los diálogos, por lo que sugirió hacer apenas algunas correcciones.


El 30 de mayo de 1904, por fin “Jettatore” fue representada por la compañía de Jerónimo Podestá con Orfilia Rico y Blanca Podestá como protagonistas y la obra tuvo un rotundo éxito de público y crítica en una sala repleta y ante la presencia del presidente de la República, Julio A. Roca.


Cuando terminó la función, los actores debieron salir repetidamente para responder a la ovación con que los premiaba el público.


Laferrère declaró que había escrito para el teatro ”como he hecho muchas cosas raras en la vida, por el deseo de conocer algo que no conocía, por no aburrirme lo mismo que el día anterior…”, afirmando luego: “Nunca he tomado en serio mi papel de hombre de teatro”.


Sin embargo, “Jetatore” fue la primera obra de una larga producción de Laferrère, distinguido miembro de la “elite porteña”, así comenzaba su carrera de autor teatral, ya que hasta ese momento, este hombre culto, elegante y amante de la buena vida, sólo había tenido actuación en la política.


Como dato curioso esta obra se tradujo al francés y en España se la represento como “Mala sombra” y para finalizar dejo un link AQUÍ por si gusta leerla, gentileza de la Biblioteca Virtual Universal, también una película en buena calidad que se realizó en 1938, dirigida por Luis Bayon Herrera y protagonizada por Tito Lusiardo, Enrique Serrano, Severo Fernández, Pedro Quartucci y Benita Puértolas.



fuentes: infobae

Quantulumcumque

Biblioteca Virtual Universal

El arcón de la historia Argentina

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